En la última sesión de M.A.L.A.S discutimos el Capítulo 2 de Vida precaria, publicada por Judith Butler en 2004. Butler es una de las feministas más cañeras del panorama actual; está considerada madre intelectual de la Teoría Queer, y su teoría sobre el género performativo, en los años 90, supuso un revulsivo dentro de la propia teoría feminista.
En esta obra Butler analiza el problema de la violencia de la guerra y los conflictos armados, y trata de fundar una idea de sujeto o de identidad en la noción de duelo que sigue al dolor de la pérdida.
Para entender la importancia de lo anterior hay que tener en cuenta que las teorías de Butler hacen un análisis de las categorías de sexo y género como algo construido performativamente, es decir, a través de interpretaciones sucesivas de un original (un modelo) que en realidad no existe. Sólo existen las repeticiones; el sujeto, aquello que se supone anterior a las mismas, es en realidad su resultado.
Naturalmente, esto puso en jaque al feminismo heredero de la Ilustración, pues el hecho de quedarse sin un sujeto plantea la siguiente pregunta: ¿quién es sujeto de demandas del feminismo? ¿Quién formula reivindicaciones y reclama derechos en el mismo? Comentamos, por ejemplo, la polémica suscitada a propósito de esto, entre Butler y Seyla Benhabib, en la década de los noventa, y que está recogida (sólo en inglés) en el volumen Feminist Contentions.
Todas estas cuestiones nos llevaron a hablar de las polémicas entre feminismo y postmodernidad (que declara las muertes simultáneas del sujeto, de la historia y de la metafísica), y a la cuestión del miedo absoluto al vacío (horror vacui) que se plantea en la filosofía del siglo XX. También, más específicamente por lo que respecta a los movimientos feministas, al interrogante que estos se formulan acerca de la posibilidad de lucha política y de libertad, una vez que se concibe el sujeto como constituido por las redes de poder de los discursos (en sentido foucaultiano).
Una buena clave nos la dio el hecho de considerar cómo estas polémicas han sido respondidas en la vida práctica de los propios movimientos queer y postporno, que han articulado formas de agencia política muy crítica sin renunciar a una tematización y disfrute de la sexualidad en todas sus expresiones. Quizás no exista mejor conclusión que la de la imagen en movimiento de los sujetos pragmáticos viviendo.
Así que brindemos por Butler.
La próxima: casando fechas, hemos decidido no hacer vacaciones, así que será el domingo 1 de agosto; aún no sabemos el texto, pero en cuanto lo elijamos informaremos de ello.
¡Saludos y buen comienzo de verano!
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