jueves, 11 de noviembre de 2010

Sesión 12: "Pippi Calzaslargas", Astrid Lindgren (7 de noviembre de 2010)



¡Hemos celebrado el primer cumple-grupo de lectura! El próximo día 14 de noviembre hace exactamente un año que M.A.L.A.S se reunió por primera vez, de forma oficial (es decir, no para tomar cañas o comer burritos), y comentó en grupo una lectura. En aquella ocasión la elegida fue Orlando, de Virginia Woolf.

Han pasado doce meses. Y doce sesiones. En ellas hemos vuelto a Woolf, hemos probado algo de poesía con Anne Sexton, hemos tocado la filosofía de Judith Butler o el teatro con los Monólogos de la vagina de Eve Ensler. También nos acercamos al Manifiesto SCUM y nos deleitamos con los relatos eróticos de Bénédicte Martin. Entre otras.


Nos hemos sentido muy acompañadas por las palabras y las imágenes de todas ellas, y también por las que mutuamente nos hemos regalado entre nosotras.


A este grupo de lectura le han acompañado ciertas señales desde el principio. Por eso no es sorprendente que la autora que elegimos para celebrar nuestro primer año hubiera nacido justamente un 14 de noviembre. Mágico noviembre, dulce noviembre.


El 14 de noviembre de 1907. Astrid Lindgren nacía en Smaland, una región sueca donde después habrían de desarrollarse muchos de sus cuentos. Porque la autora de Pippi Calzaslargas lo fue de muchas cosas más, como Los niños de Bullerbyn, Miguel el Travieso, Superdetective Blomkvist... Y de todo ello estuvimos hablando el domingo, además de, naturalmente, Pippi Calzaslargas.


Por lo visto Pippi nació como una serie de cuentos dedicados a la hija de la autora, que estuvo enferma en 1941. Unas cuantas décadas más tarde (con varias ediciones y también un par de series de televisión distintas) se convirtió en un referente feminista. Una niña que vive sola, es desordenada, camina de espaldas y es más fuerte, físicamente, que cualquier hombre del mundo, tenía que serlo. Y así, como el colmo de la rebeldía y la anticonvención, Pippi se lanzó a revolucionar el mundo. Porque además de todo lo anterior, la principal arma de Pippi era su imaginación: la capacidad para construirse un mundo a su propia medida. Decirles eso a las niñas, o repetirles esa frase que Pippi dice tantas veces en los cuentos: "No os preocupéis, yo sé cuidarme solita"... era muy peligroso en los años 40 (y probablemente siga siéndolo hoy). Muy arriesgado. A ver si a las niñas les iba a dar por seguir el consejo.


Astrid Lindgren fue madre soltera a los 18 años, en 1925, ganó el Premio Hans Christian Andersen en 1958, y murió en Estocolmo en 2002. Decía que escribía para su propia niña interior, con el fin de divertirla. Imaginamos que esa niña debió de divertirse tanto como el resto de nosotras. Porque nos divirtió, nos hizo más felices y más fuertes.


Como deseo por su último cumpleaños, Astrid Lindgren formuló: "Paz en el mundo y bonitos vestidos". No podríamos añadir nada más. Paz en el mundo y bonitos vestidos; también para el próximo año.


Mágico noviembre, dulce noviembre.

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