Nuevo encuentro de M.A.L.A.S grupo de lectura feminista, esta vez para comentar la lectura de los Monólogos de la vagina, de la dramaturga y feminista norteamericana Eve Ensler.
Ensler publicó los Monólogos en 1996, después de realizar más de doscientas entrevistas a distintas mujeres (no sólo estadounidenses) que le hablaron de sus respectivas vaginas. Ensler estaba, sobre todo, preocupada por la invisibilidad y la violencia que rodeaba a las mismas. Una de las claves de la obra es el hecho de hablar, nombrar la vagina con el fin de concederle la existencia que nunca ha tenido. Desde el año 96 esta obra ha sido representada en cientos de ciudades; además ha dado lugar al Movimiento V-Day (http://www.vday.org/), que trata de recaudar fondos (sobre todo a través de la escenificación de los Monólogos) para la lucha contra todas las formas de violencia contra las mujeres.
En el grupo dicutimos sobre algunos de los principales temas que Ensler trata en su obra: la masturbación; la violencia y la ablación; el tema de la maternidad (comentamos de forma especialmente crítica el último monólogo del libro); la menstruación (relacionando el tema con distintas muestras de arte feminista: Judy Chicago, Pipilotti Rist...); y la concienciación (hablamos de los talleres de Betty Dodson, que Ensler menciona en su libro) que nos lleva a plantearnos nuestro cuerpo (nuestra vagina) y nuestra sexualidad como lugares de empoderamiento.
También sacamos algunas polémicas y estuvimos debatiendo. Por ejemplo, el hecho de si la reivindicación meramente de "la vagina" no podría conducir a nuevos callejones sin salida, y convertirse en un lastre al reducir el cuerpo y la sexualidad femenina a una parte anatómicamente muy concreta. Es decir, nos preguntamos cómo impedir generar nuevos esencialismos basados en lo biológico.
Por otro lado, nos planteamos si es 'la vagina' lo que habría que reivindicar en primer y único término. O si más bien debemos pensar en una palabra más inclusiva (como 'vulva') o reivindicar también otras ('clítoris' parecería fundamental).
Aventuramos que quizás la solución a estas polémicas venga de la mano de un intercambio sostenido de diversas voces, deseos plurales y distintas experiencias sobre el placer y la sexualidad: diálogos (no ya monólogos) entre vaginas, clítoris, vulvas, etc. (la lista podría ser interminable...).
Y hasta ahí llegamos. Se nos acabó el bizcocho y levantamos la sesión. El próximo mes más.
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