“- Cuando yo empleo una palabra – dijo Tentetieso en tono despectivo – significa exactamente lo que yo quiero que signifique: ni más ni menos.
- La cuestión es – dijo Alicia – si puede usted hacer que las palabras signifiquen tantas cosas distintas.
- La cuestión es quién manda – dijo Tentetieso – nada más.
Alicia se quedó demasiado perpleja para decir nada; así que al cabo de un minuto Tentetieso empezó otra vez:”Algunas tienen su genio…, los verbos sobre todo: son los más orgullosos; con los adjetivos se puede hacer lo que sea, pero con los verbos… ¡sin embargo, yo puedo manejar todas las palabras! ¡Impenetrabilidad! ¡Es lo que yo digo!
-¿Podría decirme, por favor – dijo Alicia – qué significa eso?
-Ahora hablas como una niña razonable – dijo Tentetieso muy complacido - . Con “impenetrabilidad” quiero decir que ya hemos hablado suficiente de este tema, y que convendría que hablases sobre qué te propones hacer a continuación, porque supongo que no te vas a estar ahí el resto de tu vida.
-Eso es hacer que una palabra signifique un montón de cosas – dijo Alicia en tono pensativo.
-Cuando yo hago trabajar a una palabra de esa manera – dijo Tentetieso – le doy una paga extra.
-¡Oh! – dijo Alicia. Estaba demasiado desconcertada para hacer ningún otro comentario.
-¡Ah, deberías verlas apiñarse a mi alrededor todos los sábados por la tarde – prosiguió Tentetieso, meneando la cabeza gravemente de un lado a otro - , para cobrar, naturalmente!
(Alicia no se atrevió a preguntar con qué les pagaba, así que no os lo puedo decir.)”
“ –No lo he herido – dijo el Unicornio con indiferencia; e iba a proseguir su paseo, cuando sus ojos repararon en Alicia; se volvió instantáneamente, y se quedó mirándola unos momentos, con una expresión del más profundo desagrado.
- ¿Qué… es… esto? – dijo por fin.
- ¡Es una niña! – se apresuró a contestar Alebre, poniéndose delante de Alicia para presentarla, y extendiendo las manos hacia ella en una actitud anglosajona - . La hemos encontrado hoy. ¡Es como las de verdad, y el doble de natural!
- ¡Siempre pensé que eran monstruos fabulosos! – dijo el Unicornio – ¿Y está viva?
..- Puede hablar – dijo Alebre solemnemente.
El Unicornio miró a Alicia pensativo, y dijo: “Habla, niña”.
Alicia no pudo evitar que sus labios se curvasen en una sonrisa, al empezar: “¿Sabes una cosa? Yo siempre había creído que los Unicornios eran monstruos fabulosos también. ¡Jamás había visto uno de carne y hueso!
-Bueno, pues ahora ya nos hemos visto mutuamente – dijo el Unicornio – ; si tú crees en mí, yo creeré en ti. ¿De acuerdo?
-Como quieras – dijo Alicia.”